La supresión química de explosiones es un sistema activo de protección que actúa en milisegundos, extinguiendo la llama incipiente y reduciendo la presión antes de que la explosión se desarrolle por completo. Puede combinarse con un sistema de aislamiento químico, evitando que la explosión se propague a través de conductos hacia otros equipos conectados.
Su funcionamiento se basa en la detección inmediata de una deflagración mediante sensores de presión o radiación infrarroja. Al detectar una variación brusca, el sistema activa la descarga de un agente extintor (bicarbonato sódico de calidad alimentaria), que inunda el volumen protegido, elimina la llama y reduce la presión interna.
Estos sistemas se aplican en equipos cerrados donde es habitual la presencia de nubes de polvo combustible y no es viable el venteo al exterior, o donde se requiere una solución rápida, limpia y cerrada. Es especialmente adecuado en procesos de molienda, transporte, mezcla o almacenamiento de sólidos combustibles.
¿Cómo funciona?
El sistema actúa en tres fases:
1. Detección. Detectores de presión o radiación infrarroja identifican los primeros signos de una explosión (aumento brusco de presión o formación de llama).
2. Activación. La señal se transmite al sistema de control, que verifica y activa la apertura del recipiente presurizado.
3. Supresión y aislamiento. El agente extintor (bicarbonato sódico de calidad alimentaria) se libera a alta velocidad, extinguiendo la llama y reduciendo la presión. Si se trata de una válvula de aislamiento químico, también se bloquea la propagación hacia otros equipos.
Características principales:
• Supresión en milisegundos.
• Protección para equipos que no soportan sobrepresión.
• Reducción de riesgos para el personal y el entorno.
• Agente extintor inerte, no tóxico, compatible con la industria alimentaria.
• Compatible con aislamiento químico para protección completa.
• Activación dual opcional para mayor seguridad operativa.
• Manómetro integrado y opción de presostato para control de presión.
